En medicina, aprender nunca termina. Y en cirugía ortopédica, enseñar es tan importante como operar. Formar a los jóvenes residentes no solo es una responsabilidad, sino también una forma de mantenernos en constante evolución y asegurar que la próxima generación de especialistas esté a la altura de los retos del futuro.
Enseñar la artroscopia: la base de todo.
La artroscopia de rodilla es una de las técnicas más habituales, pero también una de las más complejas al principio. Guiar a un residente para que entienda la orientación dentro de la articulación, reconozca las estructuras anatómicas y desarrolle la habilidad de suturar un menisco requiere paciencia, método y experiencia.
Utilizamos modelos anatómicos, simuladores y grabaciones de casos reales para que el aprendizaje no comience directamente en quirófano. Una vez dentro, el proceso es progresivo: desde la observación, pasando por maniobras asistidas, hasta que el residente puede completar una sutura meniscal bajo supervisión directa. Cada paso importa.
Reconstrucción del ligamento cruzado anterior: precisión y responsabilidad.
La cirugía del LCA es una de las intervenciones más representativas en traumatología deportiva. Aquí enseñamos no solo la técnica quirúrgica, sino la planificación preoperatoria, la elección del injerto, la colocación adecuada de los túneles y el manejo posoperatorio. Un residente debe aprender a ser meticuloso: unos pocos milímetros marcan la diferencia entre una rodilla estable o inestable.
Con el uso de torres artroscópicas de alta definición y guías modernas, los residentes adquieren las herramientas para hacer cirugía precisa desde sus primeras experiencias.
Navegación quirúrgica en prótesis: enseñar con tecnología.
La cirugía navegada de prótesis de rodilla permite mostrar a los residentes cómo obtener alineaciones precisas, ajustar cortes óseos y evaluar el equilibrio ligamentario con datos objetivos. Esta tecnología no solo mejora los resultados clínicos, sino que también es una excelente herramienta docente.
Los jóvenes pueden visualizar, en tiempo real, cómo cada paso quirúrgico influye en el resultado final. Aprender con navegación es comprender la cirugía desde un punto de vista anatómico, funcional y tecnológico.
En definitiva, formar bien a un residente no es solo transmitir conocimientos, es también inspirar confianza, transmitir valores quirúrgicos y fomentar el pensamiento crítico. La excelencia no consiste solo en operar bien, sino en ser un referente, alguien que deja huella en quienes están empezando. Creo firmemente que enseñar es crecer como profesional, los valores se deben transmitir a los que algún día ojalá sean referentes en el campo de la traumatología.


